En esta edición iniciamos esta sección con el objetivo de reflexionar sobre temas relacionados con la salud, a fin de tener un bienestar personal, familiar y social. En este número abordaremos un tema que tiene que ver particularmente con las mujeres que han tenido ya un embarazo, que están próximas a embarazarse o ya lo finalizaron y están pasando por una situación un poco complicada y difícil de asimilar.
El propósito es que entendamos qué es lo que deben hacer, y que hay un momento en el cual esa situación de depresión es normal, pero en un lapso mayor puede llegar a necesitar tratamiento médico y farmacológico.
¿Qué es la depresión?
La depresión (del latín depressus, que significa “abatido”, “derribado”) es un trastorno emocional que en términos coloquiales se presenta como un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente.
El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en las actividades cotidianas.
¿Qué es la depresión postparto?
Consiste en el desarrollo de una depresión en la madre tras el nacimiento de su hijo. Tiene características similares a cualquier otro tipo de depresión.
Causas
La principal causa es el desorden hormonal que experimenta la mujer después del embarazo, cuando se termina el proceso de gestación y empieza el alumbramiento; además de pensar en la responsabilidad que se le presenta con este nuevo ser.
Se relacionan también importantes cambios hormonales que tienen lugar en el momento del nacimiento del hijo. Los niveles de estrógenos, progesterona y otras hormonas relacionadas con la reproducción, que pueden afectar a las emociones, descienden bruscamente tras el parto.
En el aspecto psicológico y familiar, la madre acusa cambios de conducta, y se presentan diferentes tipos de estrés que pueden tener la misma consecuencia o que pueden actuar conjuntamente. Se sabe que entre esos “factores de riesgo” figuran:
- Una historia previa de depresión (especialmente de depresión postparto).
• Falta de apoyo por parte de la pareja y su familia.
• Un bebé prematuro o con cualquier tipo de enfermedad.
• Que la nueva madre hubiera perdido a la suya cuando era niña.
• Acumulación de acontecimientos vitales adversos, como el fallecimiento de un ser querido, la pérdida del empleo de la paciente o de su pareja, problemas económicos, de vivienda, entre otros.
Sin embargo, una mujer puede sufrir una depresión postparto sin que se aprecie ninguna razón obvia para la misma.
Duración y síntomas
La depresión suele durar de uno a tres meses de manera normal; el problema es cuando pasa el tiempo y la persona no se recupera; en esta etapa son visibles los siguientes síntomas:
Tristeza
Es, desde luego, el síntoma más frecuente de la depresión postparto. Las pacientes se sienten bajas de ánimo, infelices y desgraciadas la mayor parte del tiempo. Éstos pueden empeorar en algún momento particular del día, por las mañanas o por las tardes. A veces, a las pacientes les parece que no merece la pena vivir, precisamente cuando deberían sentirse bastante alegres.
Irritabilidad
La paciente puede estar irritable con sus otros hijos y ocasionalmente, incluso, con el recién nacido, aunque la mayoría de las veces lo está con su marido, quien no suele comprender qué es lo que está pasando.
Fatiga
Todas las nuevas madres se sienten un poco abrumadas y fatigadas, pero la madre con depresión postparto se siente tan agotada que llega a pensar que padece alguna enfermedad física.
Insomnio
Cuando por fin la madre se va a la cama puede que tenga dificultad para conciliar el sueño, o si duerme, puede que despierte muy pronto, incluso aunque su pareja sea quien se ocupe de alimentar al bebé durante la noche.
Pérdida de apetito
Las madres deprimidas generalmente no tienen ni tiempo ni ganas de comer, lo que contribuye a que se sientan malhumoradas y agotadas. Algunas madres deprimidas comen en exceso para aliviar su malestar psicológico.
Incapacidad para disfrutar
Lo que antes era un placer ahora no apetece y lo que antes interesaba, ahora es aburrido. Esto es especialmente cierto en el caso de las relaciones sexuales. Algunas mujeres recuperan el interés por el sexo (si es que en algún momento lo perdieron) antes de que transcurran seis semanas después del parto, pero las madres con depresión postparto suelen rechazar cualquier contacto sexual, lo cual puede generar tensión en la pareja.
Desbordamiento
Las madres con depresión postparto tienen la sensación de no disponer de tiempo para nada, de no hacer nada bien y de no poder hacer nada para remediarlo. A estas pacientes les resulta realmente difícil establecer nuevas rutinas para poder atender al bebé y habituarse a la nueva situación que viven.
Ansiedad
Suele ser aguda y se puede presentar en forma de temor a quedarse sola con el bebé por miedo a que éste grite, no quiera comer, se ahogue, se caiga o se haga daño de cualquier otra forma. Algunas madres deprimidas perciben a su bebé como un objeto, se sienten distantes de su hijo.
Teme quedarse sola con el bebé
La depresión postparto puede desarrollarse aún cuando el amor por el recién nacido sea intenso. En estos casos, la madre teme desesperadamente perder a su precioso bebé por no cuidarlo bien.
En ocasiones se siente tan debilitada que piensa que tiene alguna enfermedad terrible y que nunca volverá a tener energía de nuevo. Estas sensaciones extrañas e inusuales le harán plantearse la pregunta: ¿me estoy volviendo loca? (La respuesta es no).
El temor de quedarse sola con todas estas preocupaciones puede dar lugar a que incluso la mujer más capaz se sienta tan indefensa que no desee que su marido vaya al trabajo.
¿Qué puede hacerse ante estos síntomas?
Primeramente, desde luego, reconocer y diagnosticar la depresión. Muchas madres deprimidas no son conscientes de que tienen una enfermedad y se sienten avergonzadas de tener que admitir cómo les ha afectado su reciente maternidad. Algunas pueden llegar a creer que si dicen como se sienten realmente puede que les quiten a su hijo (esto no ocurrirá). Algunos ginecólogos, enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales están preparados para reconocer la depresión postparto, ya que conocen su existencia y se esfuerzan por detectarla; sin embargo, otros profesionales la pasan por alto o, lo que es peor, la ignoran considerándola como un simple “maternity blues”.
Una vez que se sospecha la presencia de este trastorno, hay que animar a la paciente para que exprese cómo se siente en realidad tras el parto de su hijo. Si manifiesta sentirse triste, desgraciada, irritable, incompetente, asustada y desinteresada por el bebé, debe aceptarse esto con una actitud comprensiva, no con alarma y reproches.
Hablar con la verdad
Decirle a la madre que todo lo que le está pasando es consecuencia de que tiene una enfermedad llamada depresión postparto suele ser de gran ayuda, ya que por lo menos sabrá a qué tiene que enfrentarse. Hay que tranquilizarla e intentar convencerla de que ella no es una mujer caprichosa, extravagante o una mala madre, y de que otras muchas personas han padecido y padecen la misma enfermedad. La depresión postparto es muy frecuente, y con el debido tratamiento sin duda mejorará. Hay que advertir a la paciente que el tratamiento necesitará tiempo para hacer efecto, y que será necesario concertar algunas citas médicas para que reciba el apoyo necesario hasta que se recupere.
El marido es pieza vital
En este momento es importante involucrar a la pareja de la paciente de forma que él pueda comprender qué es lo que ha estado pasando (no olvidemos que él también ha estado sufriendo las consecuencias de la depresión postparto).
Posiblemente el marido sea quien mejor pueda apoyar a la paciente, aunque también necesitará algo de apoyo para sí mismo, especialmente si es el primer hijo que tiene la pareja y si se ha sentido desplazado tras su llegada. Este es un aspecto realmente importante, ya que si el marido está resentido y no comprende hasta qué punto su esposa necesita su apoyo y ayuda podrán surgir más problemas.
El marido de la paciente también se sentirá aliviado por el diagnóstico y por recibir consejos sobre cómo actuar. La ayuda práctica con el recién nacido, una actitud comprensiva y afectiva y el ser positivo, serán apreciados incluso cuando la depresión desaparezca.
Recomendaciones para aliviar la depresión postparto
1. Estar preparados y orientados psicológica y médicamente ante los cambios que tendrán tanto la madre como el padre.
2. Armarse de paciencia.
3. Trabajar siempre en equipo –pareja-.
4. Recordar que hasta cierto tiempo es normal la depresión, pero no debe durar mucho.
Frases comunes de una mujer con depresión postparto:
• Deseaba tanto tener este hijo, y ahora que lo tengo me siento completamente desdichada.
• ¿Qué me está pasando?
• El parto fue magnífico, mucho mejor de lo que esperaba, y todo el mundo se portó maravillosamente conmigo, especialmente mi marido. Yo debería dar saltos de alegría.
• Tenía miedo que el bebé tuviera algún defecto al nacer, pero es perfecto.
• Entonces, ¿por qué no lo estoy disfrutando? Quizás no sirvo para ser madre.
• ¡No me dejes sola!
• Nada es personal.
“Tener en claro que no sé es una mala madre por no sentir alegría con el nacimiento del niño; se debe compartir lo que se siente con alguien, y no ocultarlo por pena”
Psic. Norma Elizabeth Navarro Corona / Dr. Raúl Ernesto Corona Preciado