“Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de sus representantes libremente elegidos” (Declaración Universal de los Derechos Humanos)
En la edición anterior comentamos la charla que sostuvimos con don Manuel, quien al saber y reconocer sus derechos políticos se encuentra ansioso de que llegue el 6 de julio para emitir su voto, además de que ya sabe por quién habrá de votar.
Quienes vivimos en el Estado de Nayarit, este 6 de julio tendremos la oportunidad de participar en las elecciones, en las que se decidirá, a través del voto directo, libre y secreto, a las personas que nos representarán en la Cámara de Diputados local y en los ayuntamientos. Este ejercicio es de naturaleza política, y forma parte, por ende, de los derechos políticos, así como de lo que se conoce como democracia representativa, donde el pueblo participa en el gobierno a través de sus representantes.
Ahora bien, es necesario señalar que la palabra democracia deriva del griego, demos, que se traduce como “pueblo” y kratein, que significa “gobernar”, de lo que es posible considerar que su significado es gobierno del pueblo.
Un manojo de derechos
Sin embargo, la intervención del pueblo en el gobierno de un país, no se limita ni debe limitarse a la elección de representantes y a la espera de que éstos actúen en favor de sus gobernados. Los mexicanos, de acuerdo con nuestra Constitución Política y según los tratados internacionales que México ha firmado y ratificado, no sólo tenemos el derecho del voto, sino también el derecho de reunión, asociación y petición. Es decir, en materia política, el voto no es el único derecho que tenemos, sino que podemos convocar a sesiones, asambleas y pláticas de barrio con distintas finalidades, pero que se encuentren dentro del marco de la ley. Podemos organizarnos en grupos de naturaleza y afinidades diferentes, de igual manera con finalidades diversas dentro de lo legalmente permitido. Asimismo, contamos con el derecho de solicitar de manera respetuosa información, actuación, servicios, etcétera, ante autoridades, empresas, grupos o personas en particular respectivamente, para los fines que cada uno tenga, de acuerdo con la ley.
Sociedad y gobierno, binomio para ejercer derechos
Estos derechos pueden ejercerse en campos distintos, como el político, social, económico, religioso, cultural, etcétera, y su respeto y garantía contribuyen a la vigencia de una democracia participativa. Es decir, quienes integramos el país, tenemos el derecho a participar directa e indirectamente en el gobierno que nos rige, no solamente votando para elegir a nuestros representantes, sino participando en todos los campos que influyen en el desarrollo político, económico, religioso, social, entre otros.
Y como ya quedó dicho, esta participación a que todos tenemos derecho, se complementa con el respeto y la garantía que el Estado se encuentra obligado a brindar a través de las instituciones públicas en sus respectivas competencias.
Por lo tanto, la democracia en un país no debe limitarse a que sea representativa, a esperar que nuestros representantes cumplan con la función que les fue encomendada, sino que los mexicanos necesitamos participar activamente en la vida de nuestra nación, mediante el ejercicio de los derechos ya mencionados, y no solamente limitarnos a votar (o no votar) en elecciones locales o federales.
Más allá del voto
Consecuentemente, si bien es cierto que en el artículo anterior comentamos la importancia de emitir nuestro voto, hoy queremos resaltar la importancia de la participación activa de nuestra sociedad en la vida del país, que no se restringe a emitir un voto y esperar que los representantes populares actúen; por lo que, del mismo modo como lo hicimos con don Manuel, invitamos a que desde el lugar donde vivimos, vayamos contribuyendo, en la medida de nuestras posibilidades, a ser ciudadanos activos preocupados no sólo por el aspecto político de México, sino también por la protección de la vida, de la naturaleza, del respeto y promoción de los derechos humanos, de los grupos minoritarios y vulnerables, entre otros. Y que, como don Manuel, estemos ansiosos por acudir a votar, por aquél que ya hayamos decidido y que nuestra participación continúe después del 6 de julio.
Román Duarte / Carmina Hidalgo, abogados