Caminemos juntos | Visita Pastoral a Pozo de Ibarra, Nayarit

Visitar a los enfermos y recibir a los niños es amar a Jesús. Ellos fueron los protagonistas del Evangelio, pero también ahora, de la Visita Pastoral a la cuasi parroquia de Santa Rita de Casia ubicada en Pozo de Ibarra, Nayarit, que fue realizada del día 14 al 17 de marzo. El Obispo de Tepic, Monseñor Luis Artemio Flores Calzada, junto con el cuasi párroco, el presbítero José Manuel Jiménez, recorrió la cabecera parroquial y las comunidades pertenecientes a ella. En esta visita también participó el Vicario de Pastoral, el presbítero Arturo Arana y el diácono Alejandro García.

El Limón y Pozo de Villa fueron las comunidades visitadas el día 15 de marzo. Sus habitantes esperaban jubilosos la llegada de su pastor. Al caminar por las calles de estas localidades, algunas personas salían a la puerta, con la esperanza de que el obispo entrara a sus casas e intercediera por sus ancianos y enfermos, al suceder así, terminaban por agradecer y sentir la paz que permanece allí al recibir a Jesús. Fue celebrada una eucaristía de cuerpo presente en la comunidad de El Limón, como signo de la solidaridad de la Iglesia, y de las oraciones que cada día se elevan al Padre, por todas las almas, para que ellos y nosotros algún día, alcancemos la salvación eterna. El día terminó en Pozo de Villa, compartiendo los alimentos fruto del trabajo de los habitantes de esa región, acompañados de los murmullos alegres que brotaban de los pequeños al jugar.

El día 16 de marzo, correspondió visitar Valle Morelos y El Puente. En estas comunidades, fue visitado el panteón, para orar por los difuntos; conferida la unción con el óleo santo y realizada una peregrinación por las calles, entre cantos, flores y globos como signo de regocijo. En cada una de estas comunidades fue celebrada la santa eucaristía, el tesoro más grande de los cristianos, sin olvidarnos de aprovechar el tiempo de cuaresma y la visita pastoral para convertir y dirigir sólo hacia Dios nuestros corazones.

Emprender un camino, es signo de vida y de confianza en Dios ante lo desconocido y las caídas. Esta comunidad demostró estar en camino, pero estos días lo hizo junto con sus pastores, saliendo a las calles, visitando enfermos y compartiendo los dolores de la vida, viviendo la solidaridad y por lo tanto, aprendiendo a ser una verdadera comunidad. Porque caminar juntos es fortalecer el alma y es ayudarnos a llegar a Jesús.

Oficina de Prensa | Diócesis de Tepic

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