El 17 de enero del año 2020, en la parroquia de San Pedro y San Pablo, en la ciudad de Tepic, se llevó a cabo la Asamblea Diocesana de Pastoral 2020, con la participaron 525 personas, miembros del Equipo Parroquial de Animación Pastoral (EPAP), Grupos y Movimientos apostólicos, Agentes de Pastoral, Religiosas, Seminaristas y Laicos de las parroquias de toda la Diócesis de Tepic, donde analizaron su realidad, en búsqueda de nuevos métodos, realizables y productivos, para la evangelización de todos los bautizados y no bautizados.
Sin duda, los avances pastorales en la diócesis de Tepic, son claros: en medio de renuencia por parte de los padres de familia, la catequesis se ha conformado ya como escolarizada; los cursos de kerigma a sacerdotes han llegado a ser impartidos por laicos; la formación para los laicos ha tomado presencia dando como fruto el Instituto de laicos en Tepic y en Puerto Vallarta; y la atención a inmigrantes y personas en situación de calle, se ha consolidado con la Casa de la Esperanza sostenida por algunos de los laicos comprometidos. Sin embargo, y a pesar de estos frutos, la actividad pastoral y evangelizadora ha caído en un estancamiento, siendo necesaria una continuidad en el trabajo, contrarrestando la comodidad en la fe y dando paso a hacer –no lo que queremos–, sino lo que Jesús quiere para su Iglesia.
“Percibo estancamiento en nuestra mentalidad y en nuestro corazón. Los encuentros con el Señor, si son auténticos, nos hacen hombres y mujeres nuevos. No entiendo las razones del estancamiento. En la diócesis se reza y se celebra la vida sacramental, pero urge abrir más nuestro corazón a Cristo, para apasionarnos con su reino”, afirmó el Vicario de Pastoral, el presbítero Arturo Arana, y agregó: “Ya no es cuestión de metodología, es cuestión de decisión personal. La iglesia tiene muchas respuestas para preguntas que la gente no se hace, pero que urge que se les presente nuestras convicciones de fe”.
Los miembros de la Iglesia están llamados a ser testigos de las carencias y dificultades que enfrenta el país, sin mencionar los conflictos mundiales. Ante esto, nuestra respuesta debe ser el amor, un amor cimentado en el encuentro personal con Jesús, que determina el accionar de la Iglesia, ya sea con verdaderos cambios o con atención temporal de las contrariedades. Este encuentro se traduce en las obras cotidianas que “hacen acontecer el reino de Dios en los ambientes en los que nos movemos y hacer que Dios reine, y Dios reina cuando vivimos la fraternidad y solidaridad. Estamos llamados a ser signos de la presencia de Dios en la comunidad”, expresó Elia López de los Reyes, y agregó que “son tiempos favorables, donde los laicos quieren despertar, para tomar el lugar que les corresponde y reconocerse agentes de transformación”.
El cristiano está llamado a dar frutos perdurables, a dar respuestas a las inquietudes de los que tienen sed de Dios, pero estas respuestas solo brotarán de la amistad que tenga con Cristo, Camino y Verdad, de tal manera que su mejor palabra de fe, será su pasión por el Evangelio, su apertura, su experiencia de misericordia, su experiencia de Dios.
Con apoyo del Proyecto Global de Pastoral, el fruto de esta Asamblea Diocesana fue que cada parroquia elaboró la planeación de actividades renovadas que enriquecerán, sostendrán y alentarán todas los trabajos pastorales del año 2020. Además, lo profundizado tendrá retroalimentación y nuevo análisis en el Encuentro de Nueva Evangelización [ENE 2020], que se llevará a cabo los días 14 y 15 de julio, donde se reflexionará también en la vivencia de la liturgia en las parroquias a la luz de la nueva evangelización. En hacer bien lo que corresponde hacer, está el cambio, está la santidad.
Oficina de Prensa | Diócesis de Tepic
