Adopción: hijos del corazón

En nuestra sociedad existen muchos tipos de familias: con ambos padres en casa, monoparentales, en las que mamá o papá se hacen cargo de la familia ya sea por divorcio, migración o viudez; de tres generaciones, en las que viven abuelos, papás e hijos juntos. Así como cada persona es única, cada familia también lo es, y la familia que se forma gracias a la adopción es un tipo de familia único y más común de lo que pudiéramos creer.

Adopción: recibir a alguien por amor

La palabra adopción nos remite a la acción de adoptar, de recibir como parte de la familia a alguien que tal vez no comparte lazos consanguíneos. La mayoría conocemos a alguna familia, o inclusive lo hemos vivido en la nuestra, que por diversas razones han recibido en su casa a un niño y lo han integrado a su hogar.

Sucede con frecuencia que los abuelos adopten a sus nietos y los críen como sus hijos o bien,  tíos o hermanos mayores que se hacen cargo de los niños al faltar sus padres. Este tipo de adopción es casi un proceso natural en el que la misma familia acoge a los hijos que por diversos motivos no pueden ser criados por sus padres biológicos.

Existe también la adopción externa a la familia, en la que no hay vínculos consanguíneos entre los adoptantes y el niño adoptado. Por ejemplo, cuando una pareja se une en matrimonio nace una nueva familia que va creciendo con la llegada de los hijos; sin embargo, en ocasiones la pareja no puede procrear hijos, por lo que consideran la adopción de un niño que también busca tener una familia.

Sanar las heridas del niño

Cabe señalar que en la adopción existen dos protagonistas principales; por un lado, la familia y por el otro, el niño, y cada parte tiene su historia de vida, por lo que el primer punto a considerar por la pareja que decide formar su familia mediante la adopción es reconocer el pasado del niño o la niña, más aun si no es un bebé. Es fundamental saber que el niño tiene ya experiencias pasadas, muchas dolorosas, que no se deben ocultar para poder dar paso al proceso de sanación de las heridas emocionales.

Hablar con el niño desde pequeño y de manera natural sobre sus orígenes ayuda a que los sentimientos de abandono y el proceso de pérdida de sus padres biológicos sea asimilado por él y pueda construir sobre bases firmes el nuevo capítulo de su historia con la familia que lo recibe. De la misma manera, es importante determinar qué información es privada y se habla solo en el núcleo familiar, y qué información se puede compartir con los demás.

Desde el momento en que el niño llega a la familia él forma parte ya de ella, por lo que el ambiente familiar, las expresiones de afecto y la comunicación entre la familia debe estar enfocada a lograr que el proceso de integración se dé de la mejor manera. Al ser un proceso se requiere de tiempo y esfuerzo; se recomienda acompañarse mediante una terapia familiar que oriente tanto a los nuevos padres como al niño para encontrar la manera sobre cómo compartir sus historias pasadas, y dar la pauta para organizarse como familia y propiciar la formación de vínculos afectivos.

La adopción es pues, ante todo, un acto de amor, es abrir nuestro corazón para recibir a una nueva persona y abrir nuestro hogar para acoger a un nuevo miembro de la familia.

Fundación Dar Amor, Dar Vida AC, a través de casa Hogar FUNDAVID, agradece las oraciones y apoyo a la fundación. ¡Gracias!

 Fundación Dar Amor, Dar Vida AC