La vida enseña la Palabra de Dios de diferentes formas, en algunas ocasiones no se sabe interpretar y surge la malformación de su divino concepto, y en otras se sigue por caminos equivocados del señalamiento del Todopoderoso.
Ir por ellos
Sin duda es digno de pensar el importante llamado que en estas fechas hiciera el señor Arzobispo de Acapulco, Mons. Carlos Garfias, en el sentido de ir a donde el estado no se atreve con un objetivo preciso: evitar que los jóvenes sean reclutados por el “narco”.
Esto al principio podría sorprender a todo aquel que no se encuentre enterado del daño que se produce la juventud carente de valores y es proclive a integrarse a esos grupos de personas equivocadas.
Guerrero es una entidad con altas tasas de delincuencia juvenil, y la intención es acercar a los jóvenes a la palabra del Creador, sacarlos de sus sitios vulnerables, apoyarlos y que no sean reclutados por personas con comportamientos fuera de razón.
Llegar con Dios a donde el estado político no entra, esa es la máxima del programa que en pocos días emitirá Mons. Carlos Garfias; rehabilitar a los muchachos y arrancarlos de esos malos pensamientos en los que se encuentran sumergidos; rescatarlos es tarea complicada aunque no imposible.
No dejarse vencer por el mal
Las personas preocupadas por su prójimo son millones y las que van en sentido contrario, afortunadamente, son una minoría perfectamente identificada. En Acapulco han clavado las uñas de grupos con ideas contrarias al amor al prójimo, a la sociedad y a sí mismos; ellos no pueden decidir la vida de las generaciones futuras, esto es incuestionable.
Los esfuerzos de la Iglesia han sido importantes y orientadores, mientras el gobierno federal apuesta a la aplicación de la justicia, del orden, en un escenario donde no aparece todavía el antídoto a la corrupción y la impunidad; no se pueden cerrar los ojos ante tanto desorden y palabras no cumplidas.
Proyectos eclesiales para la juventud
Siempre, con el debido respeto al primer mandatario de la nación, me permito recordar sus importantes pronunciamientos del pasado 5 de febrero de llevar a México a un escenario de modernidad; pensé entonces y deduje la preocupación del presidente, aunque se ha visto el esmero en la preparación de las reformas estructurales, negociadas con paciencia y vilipendiadas al ser promulgadas, los inconformes no serán los primeros ante el clamor social de justicia y orden. Es otra de las facetas en las cuales a ningún padre de familia le gustaría ver a sus hijos.
Se requiere el mismo esmero para llevar adelante el proyecto nacional, sin privilegios fuera de los merecidos, esos que a diario buscan millones de ciudadanos honestamente en sus trabajos. Los niños, adolescentes, jóvenes y personas mayores merecen un mejor nivel de vida. La santa Iglesia está permanentemente preocupada por ellos. En el orden mundial, como se planteara en el programa de Acapulco, se tiene amplia cobertura para apoyar a los grupos que lo requieran: según los datos del último: “Anuario Estadístico de la Iglesia”, son en total 115 mil 352 y comprenden 5 mil 167 hospitales, la mayoría en América (1,493) y África (1,298); 17 mil 322 dispensarios, la mayor parte en África (5,256), América (5,137) y Asia (3,760); 648 leproserías distribuidas principalmente en Asia (322) y África (229); 15 mil 699 casas para ancianos, enfermos crónicos, en su mayoría en Europa (8,200) y América (3,815); 10 mil 124 orfanatos, principalmente en Asia (3,980) y América (2,418); 11 mil 596 guarderías, la mayor parte en América (3,661) y Asia (3,441); 14 mil 744 consultores matrimoniales, distribuidos en América (5,636) y Europa (6,173); 3 mil 663 centros de educación o reeducación social y 36 mil 389 instituciones de otro tipo.
Es necesario acercar a los jóvenes al Señor.
Mtro. Luís Ignacio Zúñiga Bobadilla
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