40 aniversario de vida sacerdotal

Mons. Ricardo Watty Urquidi

La Diócesis de Tepic se vistió de fiesta, el pasado 9 de junio, con la celebración de los 40 años de ministerio sacerdotal de nuestro Obispo, Mons. Ricardo Watty. Por este motivo, los sacerdotes de la diócesis organizaron una Santa Misa, con el fin de entregarle a Dios a nuestro nuevo Pastor, para que siga compartiendo con los fieles de Tepic el sacerdocio pasional que día tras día demuestra. La Eucaristía tuvo lugar en las instalaciones de la Curia, a las doce del mediodía, y fue concelebrada por 90 sacerdotes provenientes de todos los rincones de la diócesis, lo que le imprimió un especial colorido al festejo de Mons. Watty. Más tarde, ya cuando la noche caía, a las 7:00 pm, Mons. Ricardo se dio tiempo para celebrar con los laicos, seminaristas y religiosas una santa Eucaristía, en la Catedral de Tepic, que ofreció por toda la diócesis por las muestras de cariño de los fieles.

El inicio de un largo caminar
Fue el 8 de junio de 1968, en la Parroquia de la Santa Cruz del Pedregal, en la Ciudad de México, donde fue ordenado sacerdote por ministerio, para de este modo emprender un caminar de la mano de Dios hacia la Nueva Evangelización: “He sido feliz, soy feliz”, confesó Mons. Watty en la homilía.
“Pedro, ¿me quieres? Sí, Señor, tú sabes que te quiero… Tú lo sabes todo, Señor…”. Este fue el Evangelio leído durante la Misa, que también se leyó hace 40 años en la celebración de su ordenación, y cuando fue ordenado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, aquel 19 de julio de 1980. “El que este fragmento del Evangelio haya sido leído en mi ordenación sacerdotal y en mi ordenación episcopal, no es mera coincidencia”, afirmó Mons. Watty, “sino que es algo que he vivido a lo largo de todos estos años, una confesión de fe y amor a Jesús”, recalcó.

Del temor al gozo
Mons. Ricardo compartió lo que ha experimentado en todo el proceso que ha vivido conforme al llamado que Dios ha hecho en su persona: “…llegar al momento en que el Rector me dijo: ‘Ya puede usted hacer solicitud para su Orden’; pero no podía hacerlo, tenía miedo, mucho miedo, no me sentí capaz de dar el paso para ser sacerdote…”.
Mas que una homilía, compartió a los presentes desde su corazón un caudal de recuerdos, un resumen de todo lo vivido, de todo a lo que se enfrentó nuestro obispo: “Mis temores los compartí a mi director espiritual y me invitó a un retiro espiritual un fin de semana, y la experiencia que ahí tuve fue de ir de mi miseria, de mi nada, de mis limitaciones, de mis defectos, a recibir la luz: ‘No se trata de ti, se trata de mí. No se trata de que tú vas a poder, se trata de que Yo voy a poder porque Yo te elijo’…”, dijo Mons. Ricardo con gran seguridad y esbozando una amplia sonrisa.

Dios tenía un plan que él aceptó
Todo obstáculo fue derribado cuando esa luz, que era Dios mismo quien abría sus ojos y le daba el Espíritu Santo para que su plan se cumpliera: “…Me marcó esa experiencia, me miré a mí mismo y miré a Jesús, y dije: ‘Sí, yo estoy con la plena confianza en que Dios me eligió a través de Jesús’, y por eso me lancé…”. Todo eso salió del corazón de don Ricardo Watty. Al final de cada Celebración Eucarística, se dispuso un momento para compartir y disfrutar este día tan especial para él y para la diócesis.

Felicidades, Mons. Ricardo Watty, gracias por decirle “Sí” a Jesús.

Roberto Prado Tovar, Comisión Diocesana de Laicos 
“Verdaderamente necesitábamos un Pastor como él, porque el Sínodo que acabamos de realizar nos dio mucha luz, pero se necesitaba que viniera este Pastor, para que pudiéramos legislar y realizar todas las disposiciones que salieron del Sínodo, e iluminados por Aparecida pudiéramos caminar ya juntos en este Plan Diocesano de Pastoral que tanto necesita la diócesis”.

Héctor Manuel García, seminarista
“Deseo para nuestro Obispo, que Dios lo siga bendiciendo a través de su ministerio episcopal y que siga compartiendo con su diócesis la alegría de ser sacerdote”.

Hna. María Virginia Portillo, religiosa de la Congregación Siervas de los Pobres 
“Esta celebración es una ocasión para darle gracias al Señor por el ministerio de 40 años de nuestro Obispo, y suplicarle que lo siga bendiciendo, que le dé sabiduría en esta otra etapa de su vida aquí en la Diócesis de Tepic”.

José Luis García, seminarista 
“Deseo de todo corazón que Dios lo siga llenando de bendiciones, que el Espíritu Santo descienda sobre él y sepa dirigir, como buen pastor, a su Iglesia”.

 

Adonai Roberto González Durán

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