Apatía y negligencia en la atención de la salud mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Existen diversas definiciones del concepto, pero todas se refieren o tienen algo en común con el bienestar emocional del ser humano. Por desgracia, las instituciones de salud pública principalmente y al menos en el estado de Nayarit, no le dan la importancia que requiere, no existe el apoyo económico a los programas que se encargan de dar difusión, atención y prevención en lo que concierne a la salud mental. Tal situación repercute en la problemática social que afecta a nuestro estado como un factor más desencadenante en la aparición de trastornos mentales y su canalización adecuada.
“Abriendo mentes, cerrrando estigmas”
Al 10 de octubre, la OMS lo declara el Día Mundial de la Salud Mental, cuyo lema es “Abriendo mentes, cerrando estigmas”, que busca hacer conciencia de la importancia de cultivar la salud mental; sin embargo, el reto es que cada quien inicie consigo mismo, desde su persona, revisándose de qué manera se contribuye a la mejora de la sociedad.
La sociedad, sin embargo, desconoce el término de la “salud mental” a profundidad, puesto que no se le da el valor que requiere, y me refiero a las instituciones de salud pública y educativas. La base de muchos problemas sociales que se presentan cada vez más en la actualidad, está precisamente en un deterioro de la salud mental de las personas que llevan a cabo comportamientos delictivos y autolesivos como es el caso del suicidio.
En una de las escuelas en las que trabajo la inteligencia emocional con los niños de educación primaria, me asombró cómo una madre de familia presentó una queja ante el director, porque sus hijos estaban asistiendo a dichos talleres. Desconozco qué solución le haya dado el director a esta situación, sin embargo la acción de la madre me comprueba la existencia de un claro desconocimiento, no solo en la labor que realiza el psicólogo, sino también en la importancia de cultivar la inteligencia emocional y, por ende, la salud mental de los niños; dejo claro, además, que existe una apatía e incluso negligencia por no atender la salud mental de los hijos.
El personal docente carece del conocimiento referente a la salud mental, y eso se refleja no solo en su comportamiento como persona, sino también en el manejo del aula y de las actitudes del alumnado.
Retrato de una persona con salud mental
La salud mental es pilar de nuestras emociones; una persona con salud mental se caracteriza por una virtud: la congruencia entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace, porque está en armonía y no entra en conflicto. Por lo tanto, ante la ausencia de conflicto, hay una ausencia de trastornos mentales y los más comunes son los del estado de ánimo (depresión y ansiedad) y los somáticos (hipocondría).
Una persona con salud mental es aquella que es responsable de la toma de sus decisiones; cuando asume una decisión es consciente de que podría equivocarse como cualquier ser humano, pero sabe responder y asumir lo que pueden generar dichas decisiones.
Tiene la capacidad de decidir acerca de su cuerpo, se quiere a sí mismo y tiene una autoestima saludable; busca su bienestar, por lo tanto, sabe escuchar sus necesidades y las atiende, no posterga las cosas, sabe actuar en el momento indicado porque se obedece a sí misma.
Es una persona autogobernable, sabe dirigir su vida sin miedos ni ataduras. Tal vez suene demasiado utópica la descripción que hago de este tipo de persona, mas es posible encontrar personas con estas características, y si no cuentas con estas habilidades puedes llegar a generarlas. Así como lo expresa el escritor Wayne Dyer: “Están demasiado ocupados siendo, como para fijarse en lo que hacen sus vecinos”.
Belén Solís Guerrero
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Comentarios a la autora: (psicbel86@hotmail.com)